A través del tiempo las estrategias de negocios sugieren la importancia de diferenciarse de la competencia, pero cuando uno busca ser distinto y trata de ser único en el sector en el cual compite, debe tener identificado cuales son los atributos diferenciales que son valorados por los ojos de sus clientes actuales y potenciales, para que nos prefieran por sobre el resto de los competidores.
La diferenciación puede estar básicamente en el producto en sí mismo: como por ejemplo en la marca, forma, duración, calidad, diseño o resultado, entre otros.
En el proceso de entrega: como cobertura en los canales de distribución, tiempos de entrega, servicio post venta, agilización de procesos administrativos, entre otros.
En los recursos humanos : como la atención al cliente, vendedores, canales de comunicación y tiempos de respuesta a reclamos y quejas entre otros.
En la imagen: es relevante destacar que uno no vende productos o servicios, sino que estos son los instrumentos para satisfacer necesidades insatisfechas de nuestros clientes, y que son canalizadas por lo que ofrecemos, dicho esto, la imagen tiene un papel importante como puente, dado que las personas reaccionan positivamente ante productos que le brindan un aspiracional.
Es importante destacar que cualquiera que sea el o los atributos que permitan diferenciarnos de nuestros competidores, estos debe permitir que el precio superior de mantener esa diferenciación percibida por parte de los clientes, no deje de lado los costos extras en los cuales se incurre para lograrlo y a la inversa.