En muchas oportunidades resaltamos los aspectos por los cuales las empresas de familiares se diferencian de la que no lo son, pero no debemos olvidarnos que en el mundo de los negocios, esta clase de empresas también se destacan por ser hacedores de una riqueza que le es única y que va más allá de los balances financieros, esa riqueza es “la riqueza socioemocional”, este concepto engloba el valor que los miembros de la familia otorgan a la cohesión, el legado y las relaciones interpersonales dentro de la empresa y que representa el hilo conductor que une a todos los miembros de la familia independientemente de su rol , ya sea que trabajen en ella o no estén involucrados en la operación diaria. Esta riqueza no solo es un recurso, sino un factor clave, dado que influye directamente en cómo se manejan las decisiones en la empresa familiar.
Se puede plasmar en el caso de los fundadores, por ejemplo, cuando se sienten más inclinados a mantener el control y preservar los valores familiares, incluso si eso significa rechazar oportunidades de crecimiento rápido o ventas lucrativas. Para ellos, la empresa no es solo un negocio; es un símbolo de identidad y legado que desean transmitir a las futuras generaciones.
Los sucesores también se ven influenciados por la riqueza socioemocional, aunque su enfoque puede diferir. A menudo, enfrentan la presión de equilibrar las expectativas familiares con las necesidades de modernización y expansión. La toma de decisiones en este contexto puede ser compleja, ya que implica honrar la tradición sin dejar de avanzar hacia la innovación. Aquí, la riqueza socioemocional actúa como un ancla que les permite mantener la esencia de la empresa, mientras buscan nuevas oportunidades.
Para los miembros familiares que no trabajan en la empresa, pero son propietarios, la riqueza socioemocional también puede ser un elemento crucial en su relación con el negocio. Aunque no están involucrados en la operación diaria, su conexión emocional con la empresa influye en decisiones como la reinversión de ganancias, el apoyo a iniciativas estratégicas o incluso en el nombramiento de líderes. Su perspectiva externa pero profundamente enraizada en la familia añade una dimensión valiosa al proceso de toma de decisiones. Aunque no están involucrados en la operación del día a día, esta riqueza les permite sentir que son también parte importante en el engranaje de la empresa y de su legado.
Sin embargo, para gestionarla eficazmente, es fundamental analizarla en sus distintas dimensiones, para que nos permita identificar qué aspectos emocionales y sociales están más presentes en la toma de decisiones, cómo afectan a la empresa y tener una visión clara de cómo impacta tanto en la estrategia empresarial como en las relaciones familiares.
Las dimensiones claves a considerar incluyen:
- El control y la influencia familiar en el negocio. Esta dimensión se centra en los aspectos clave de la definición de la empresa familiar: propiedad, control e influencia de la familia.
- la identificación de la familia con la empresa. Esta dimensión se pregunta sobre el sentimiento de pertenencia de los miembros de la familia con el negocio familiar, o si los miembros de la familia sienten el éxito de la empresa familiar como su éxito propio.
- El apego emocional de los miembros familiares. Esta dimensión trata de averiguar si las emociones y sentimientos suelen afectar a los procesos de toma de decisiones en el negocio familiar, o si los vínculos emocionales entre los miembros de la familia son muy fuertes.
- Los vínculos Sociales vinculantes. Esta dimensión se consulta sobre si la empresa familiar se muestra muy activa a la hora de promover actividades sociales en el entorno en el que opera o si los colaboradores que trabajan y no son miembro de la familia, son tratados como parte de ella.
- La renovación de los lazos con la empresa a través de la sucesión familiar. Esta última dimensión pretende conocer si continuar con la tradición y legado familiar es un objetivo importante para el negocio familiar o si la transferencia de un negocio exitoso a las siguientes generaciones es un objetivo importante para los miembros de la familia.
Podemos decir para finalizar que, la riqueza socioemocional es un factor que no solo impacta las decisiones financieras y estratégicas, sino que también define el carácter y el legado de la empresa a largo plazo. Para los fundadores, sucesores y propietarios, entender, analizar y valorar esta riqueza es esencial para asegurar no solo la sostenibilidad del negocio, sino también la armonía y el orgullo familiar.
Como asesores, nuestro objetivo es ayudar a las familias empresarias a reconocer y valorar su riqueza socioemocional como un recurso estratégico. Al fortalecer este aspecto, no solo aseguramos la continuidad y éxito de la empresa, sino también el bienestar y la armonía de la familia en el largo plazo. Esto se logra a través de un diagnóstico preciso, el fortalecimiento de la comunicación, la capacitación en gobernanza y acompañamiento en la sucesión, todo desde un enfoque sistémico que integra lo emocional y lo empresarial.